‘GASLIGHTING’ El sutil arte de convencerte de que estás loca, aunque no lo estés

El gaslighting ―que traducido al español quiere decir “luz de gas”― se refiere al sutil arte de hacer creer a alguien, generalmente a la pareja, de que está loca, sin que lo esté. El nombre de este tipo de maltrato o tortura psicológica se debe a la película “Gaslight” (1944), dirigida por George Cukor y protagonizada por Charles Boyer e Ingrid Bergman.

A pesar de que este tipo de micromachismo es una forma de abuso común, por ser tan sutil, casi nadie reconoce, aunque lo padezca. El gaslighting consiste en presentar información falsa para hacer dudar a la víctima de su memoria, de su percepción o de su cordura. Esta puede oscilar entre una simple negación sobre eventos ocurridos, hasta un plan meticulosamente orquestado por parte del abusador para ir destruyendo la percepción de la realidad de su víctima. En la mayoría de los casos, este tipo de abuso se da en un clima tranquilo y generalmente doméstico

¿Quién la practica? Alguien narcisista, controlador, intimidador o sociópata. No es fácil detectar a simple vista quienes son estas personas desequilibradas porque se desenvuelven con normalidad. Quien practica el gaslighting, se vale de la manipulación para convencer a su víctima de que la realidad que experimenta no existe. La hace dudar de lo que dicen otras personas, de sus intenciones, de la cronología de los hechos, del lugar donde fueron colocados los objetos, etc. Le dice que sus sentimientos son exagerados, injustificados o equivocados. De una forma sutil, la va envolviendo hasta hacerle creer que la realidad que él le muestra es la única que existe y, además, la convencerá de que la máxima preocupación en su vida es hacerla feliz. No obstante, la víctima percibe lo contrario. Se siente insegura, frustrada, inadecuada o “asfixiada”, juzga incapaz, duda de su memoria y, gradualmente, va perdiendo la confianza en sí misma. Es frecuente que se sienta culpable de sus propios sentimientos por “malinterpretar” las situaciones.

Para mayor claridad, estos son algunos ejemplos comunes:

Ejemplo 1:

– Víctima: Cuando le dijiste a tus nuevos compañeros de trabajo que ni siquiera sé cómo cocinar un huevo duro me sentí muy mal.

– Manipulador: No lo tomes así, mi amor. Fue una broma. Yo jamás diría algo para hacerte sentir mal. Malinterpretas mis palabras para luego culparme de tus inseguridades. Sin embargo, yo te lo perdono todo. Yo sí te quiero.

Ejemplo 2:

El manipulador, sin que tú te des cuenta, cuelga sus camisas en el lado de tu closet y pone sus zapatos en el cesto de la ropa sucia y, cuando no las encuentra, te dice que tengas más cuidado, que últimamente estás muy distraída y que debes poner más atención. Al siguiente día, cambia la hora de despertador para acusarte de algo más, y así sucesivamente, hasta que consigue que dudes de lo que haces y comiences a creer que tú estás mal.

Ejemplo 3:

El caso de la película “Gaslight” es, por excelencia, la muestra más clara de cómo funciona esta sutil tortura emocional hacia la pareja, la cual ocurre dentro del contexto familiar y entre conocidos. En su caso, lo que el abusador hace consiste en:

  1. Establecer con ella una relación privilegiada, enamorándola con excesivas atenciones. Con ello consigue crear un vínculo tan “especial” que le hace ganar su total confianza.
  2. Cuestionar las intenciones que terceras personas tienen para con ella, para alejarla de ellas. Así limita su vida social y familiar confinándola en el ámbito doméstico, evitando visitas para aislarla de otras influencias.
  3. Invalidar su percepción, incluso en los asuntos más triviales, convenciéndola de que sus sentidos la engañan.
  4. Introducir la duda sobre todos sus actos y procesos mentales, llevándola poco a poco a cuestionarse seriamente su cordura y su capacidad para tomar decisiones.
  5. Aprovechar las crisis de nervios en que ella cae para obviar su “locura”, siendo que ella sólo está sucumbiendo al estrés de la situación que él mismo ha creado.

Una vez que la víctima duda de su cordura, es difícil que pueda salir por sí misma de esta situación, siendo necesaria una intervención externa, preferentemente especializada, para salvarla. Este tipo de manipulación es muy peligrosa porque lo que se produce es lo más parecido a un “lavado de cerebro”.

¿Reconoces a alguien que te hace sentir así? Si es así, esto es lo que puedes hacer:

Si prefieres quedarte callada para evitar que te critique; si de forma recurrente te acusa de tergiversar los hechos o de exagerarlos; si te dice que estás ciega o que ves cosas que no son; o si literalmente te dice que estás loca, confía en ti. No permitas que niegue tu propia percepción de la realidad, no escuches. Y si verdaderamente dudas, pregunta a terceras personas ajenas a él sobre lo ocurrido. Si ellas confirman tu versión, quizás ellas puedan ayudarte.

Si ya hablaste con él y le compartiste tu versión de los hechos y no los acepta, y no es la primera vez que eso sucede, es importante que no insistas porque, como manipulador que es, persistirá hasta convencerte de su versión de las cosas. Y tú terminarás por ceder por culpa, porque te hará sentir que eres una desagradecida y que no aprecias su amor.

Si te sientes maltratada por esa persona y te dice que no ha hecho nada malo contra ti, es un indicador de que lo seguirá haciendo. Cree en tu intuición, cree en ti. Si algo te dice que esa relación no está bien, mantente alerta y no permitas que te aleje de tu red de apoyo.

Alguien que te ama no te hará sentir menos, no se interpondrá en el alcance de tus metas, no te amenazará con abandonarte, no te hará sentir avergonzada por tu cuerpo, ni te chantajeará con matarse si hablaras de una posible separación.

Si reconoces que eres víctima de gaslighting aléjate, independientemente de lo que te digan personas que lo conocen, pues un manipulador o sociópata sabe aparentar ser excelente persona ante los demás y les hará creer que quien está mal eres tú. Confía en ti misma. Has un plan de escape con toda discreción y huye sin avisar ―a menos que tengas a alguien de absoluta confianza― a un hogar o a un albergue seguro. Llama al 911 y/o busca apoyo de organizaciones que apoyan a sobrevivientes de la violencia de género brindando apoyo profesional. Para quienes no atravesemos por una situación así, seamos sensibles ante quien nos confía su sentimiento de ser abusada. Recordemos que el gaslighting es una forma sutil de manipulación o tortura psicológica y casi imperceptible ejercida por personas que aparentan ser normales. Independientemente de quién sea el victimario, el sentimiento de la víctima sobre su condición es un importante indicador de que algo anda mal. Ella merece nuestro respeto y nuestra más sincera consideración porque merece vivir en libertad y sin miedo.

10 Comments
  1. Mariana

    Me encantó! Muy útil artículo para muchas mujeres. Felicitaciones Silvia Gurrola!

    • Silvia Gurrola

      Muchas gracias, Mariana. Aprecio mucho que encuentres valor a este contenido. Te agradezco de antemano que lo quieras compartir. Siempre abrazo la esperanza de que mi trabajo traiga un poco de alivio a quien pudiera necesitarlo. ¡Saludos!

  2. Elvia

    Lo que escribes es muy importante para que personas que pueden estar pasando por una situación así sepan que hay una salida.
    Incluso que se den cuenta están pasando por un abuso, que podria ser imperceptible.
    Espero que el artículo llegué a muchos ojos y conciencias.

    • Silvia Gurrola

      Muchas gracias por tus comentarios, Elvia. Sí, muchas formas de abuso son sutiles, esta, sin embargo, va más allá de la ceguera causada por el condicionamiento cultural que ciega e insensibiliza e incluso solapa y acepta la violencia de género. Esta, es deliberada y, en muchos casos, perversamente planeada.

  3. NORA SALINAS

    Muy interesante y valioso análisis. Los síntomas parecieran ser muy sutiles y difíciles de identificar y aceptar. Tu guía permite apreciarlos más fácilmente. Excelente !!!

    • Silvia Gurrola

      Muchas gracias, Nora! Sí, mi intención es ofrecer un poco más de claridad a un asunto tan complejo. Varias mujeres recién me han comentado que estuvieron bajo esta condición sin darse cuenta. Ojalá este modesto esfuerzo sirva para prevenir y/o impulse a alguien a salir de este terrible abuso. ¡Abrazos!

  4. Bertha Balestra

    Tan común, por desgracia, este tipo de “machismo de altos vuelos”. Excelente artículo

    • Silvia Gurrola

      Gracias, Bertha:

      Así es. Maestros de manipulación. Yo me sigo preguntando, de dónde aprenden ese “arte” y cómo consiguen dominarlo con tanta maestría. Sé que la cultura contribuye en mucho, sin embargo, la psicología aún tiene el reto de comprender estas mentes tan complejas. ¡Abrazos!

  5. Catalina Pliego

    Gaby, excelente información, como todo lo que haces amiga. Lo compartiré con integrantes de Sibila red de género, sé que ellas a su vez, lo compartirán con quien lo necesite. Gracias por ayudarnos a ver lo que aveces no podemos ver. Abrazo

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